Borrar la arquitectura
Estrategias contemporáneas para intervenciones sensibles
Contrario a lo que se suele creer, lo fundamental en la arquitectura no son los edificios, sino las sociedades que los levantan y las personas que los habitan. La arquitectura se entiende mejor cuando se desplaza la atención de los edificios que construye a las relaciones que fomenta. En la arquitectura contemporánea a menudo se celebran edificios hermosos, o simplemente originales, pero incapaces de estrechar relaciones positivas con el entorno y la comunidad. En los últimos años, ha ido ganando fuerza un enfoque opuesto. Este enfoque consiste en diseñar un edificio pensando en sus posibles consecuencias en un contexto, más que en su eventual valor como objeto autónomo. Esto puede significar, por ejemplo, realizar una intervención invisible para no alterar los equilibrios de un paisaje hermoso; o diseñar un edificio relativamente anónimo, para facilitar su integración en el entorno; o no hacer casi nada, si el lugar de intervención no necesita de grandes modificaciones. Borrar la arquitectura, dejar que desaparezca en una trama de relaciones es, a veces, la mejor manera de construir ciudades y territorios donde valga la pena habitar.