Reseña

Para contar la historia de la charrería, Rubén González le da la vuelta al mundo varias veces. Sólo así debe ser contada la historia, porque sólo así se comprende en qué nivel tan profundo todo está interrelacionado con todo; y si se comprende eso, todo movimiento de separatismo humano queda desmontado desde sus cimientos, porque somos resultado de los encuentros constantes de la humanidad desde el inicio de nuestra especie. Todos somos uno y lo mismo.
A través de buscar los orígenes de algo que está en lo más profundo del corazón de nuestra patria, como lo es la charrería, este libro nos lleva a lo que no podrá ser sino un encuentro con nosotros mismos. La historia de la riqueza de la Nueva España se escribió en el Bajío, en el centro, en zona de charros, de gente de labores de campo; y es por eso que en ese centro del país, entre esos hacendados, se conspiró por la independencia. Estuvieron en la Reforma, en la Revolución y sus guerras, y en la construcción de la identidad nacional del México posrevolucionario.
La charrería es una de tantas líneas de nuestra historia que se escriben ineludiblemente de la mano de la historia del viejo mundo, es un recordatorio de lo que somos, y Rubén González nos lleva a un profundo y metódico estudio de ese gran aspecto de la mexicanidad. Una investigación que nos recuerda la fusión y el mestizaje que somos.
Se realiza el primer estudio documentado con fuentes de la época con relación al origen de la charrería organizada y la fundación de la decana del deporte nacional, la Asociación Nacional de Charros.