Geografía del hambre
Bien sabido es que la evolución no ha podido arrebatar a los gatos su calidad silvestre; son, en esencia, animales salvajes que viven en nuestras casas, y si acaso pueden tratarse como domésticos lo son en tanto que son ellos quienes nos domestican a nosotros. De la estirpe del tigre lizaldiano, los “gatos del hambre” se pasean por este libro “como un turista por un mapa”.
Con una poesía poderosa, nacida pura de la entraña, pero atemperada por la ternura cocida a fuego lento de las cocinas de la infancia, en este libro León Cartagena plantea una dualidad primaria: en todo hombre solo habita una bestia, un hambre de animal que no cesa. (Francisco Alcaraz)