Reseña

El suelo es la base de la vida. En él se desarrollan muy diversos tipos de ecosistemas que albergan buena parte de la biodiversidad, agrobiodiversidad y del carbono almacenado en nuestro planeta. Es necesario mirar al suelo para resolver las crisis climática, alimentaria y de biodiversidad.

Las relaciones que sostienen los pueblos indígenas y las comunidades equiparables de México con el suelo o la tierrita son muy diversas, aunque suelen basarse en el cuidado, la reciprocidad y el respeto hacia la Madre Tierra. Partiendo de esos valores se propician prácticas y formas de gobernanza que crean paisajes diversos y territorios para la vida. En contraste, en el Estado mexicano y su legislación predomina una visión economicista y homogénea del suelo en donde se le asigna un valor instrumental que se justifica en los conceptos de interés público y desarrollo económico, por lo que su explotación se prioriza por encima de cualquier otro uso. Esto ha creado graves problemas de degradación, contaminación y despojo del suelo-territorio.

En el informe Entre el suelo y la tierrita. Un diálogo entre comunidades indígenas y la normatividad mexicana establecemos un intercambio intercultural con comunidades nahuas de la Sierra de Zongolica, masewalmeh de la Sierra Norte de Puebla y zapotecas de la Sierra Norte de Oaxaca. Contrastamos sus cosmovisiones, prácticas de cuidado y gobernanza en torno al suelo con aquellas que se establecen en la normatividad mexicana, para identificar caminos hacia la construcción de un marco normativo bioculturalmente justo que reconoce y respeta la autonomía, las formas de relacionarse y manejar tradicionalmente a la tierrita.