Flor de un día
Los estorninos del barrio ya han aprendido la canción que silba Sophie desde la última despedida, y la repiten impunemente por los tejados. Sophie deshace el naufragio, se acerca a la ventana sin esperanza, estruja entre sus manos los geranios y deja caer los pétalos sobre la acera. Aprendió el gesto de Celestino. Durante un entierro derramar flores sobre el ataúd es muestra de cariño, quizás de amor.