En el fin del mundo
Un inicio en un viaje entre lo mitológico, lo onírico y la zozobra primigenia del ser humano, en una voz de sabor arcaico, que por su naturalidad y vigor la hace envolvente y atractiva para el lector. Así se presenta esta obra para enseguida abrirse a otra estética, ahora presuntamente clasicista, pero siendo esgrimida con rotundo acierto, en poemas radiantes y retadores, a pesar de su enorme oscuridad y sabor trágico. Con su halo de “malditismo”, el autor ya posee lo que para otros es arduo conseguir; un estilo y discurso bien definidos.
Hugo Garduño