Seres abisales
el taller de la noche
La ciudad continúa su aullido, las luces se encienden y entre las calles, pasos diferentes se encaminan a un lugar de encuentro común, donde se trabaja la palabra como vehículo de aprehensión del mundo, y la poesía como la forma más elevada de la palabra. Los bolígrafos se tuercen sobre papel improvisado para sembrar ideas nuevas y una esencia distinta germina en las letras de sus portadores. Doce voces hablan desde el pecho de la metáfora: susurros que agrietan la tiniebla.
Esta antología (2017 – 2022), variopinta y potente, es parte esencial del producto de las sesiones del Taller de la noche impartido por Adriana Tafoya. Encarna el resultado de un trabajo no sólo de pulimento poético, sino también de transfiguración y formación de la conciencia y el lenguaje de sus autoras y autores, pues el transformar pacientemente las formas y los caprichos del verbo y sus posibilidades implica también la adquisición de nuevos conocimientos y formas de expresión.
Con el amplio abanico de propuestas aquí vertidas, el lector se sumergirá en posibilidades, formadas en el abismo; ese que se percibe cuando se intenta ejercer la reflexividad desde una cotidianeidad profundamente irreflexiva. Encendiéndose entonces una luz propia para morar la penumbra hacia aguas más claras. Estas páginas, es decir, muestran una poiesis que transcurre pugnando por cimentarse en la función más primitiva del lenguaje: nombrar y con ello, crear: la construcción de personas y de mundos desde su eje más íntimo. Son altas las horas de la noche en que los cálamos, a la luz de la luna, labran en el verbo poético, un lenguaje nuevo.
Anidro Azabache Laru