Perdidos en el fuego
En Perdidos en el fuego, la realidad es un umbral hacia diversas dimensiones, las cuales se manifiestan sutiles como fantasmas o contundentes como un deslave que un buen día se lleva tu casa y te cambia la vida para siempre.
Este libro de relatos nos recuerda que todo está en constante transformación; que todos estamos perdidos en el fuego: ardemos segundo a segundo y, algún día, seremos pavesa. De ahí la importancia de hablar de todo aquello que nos intrigue, alegre o atemorice; de ahí la importancia de llamar a las cosas por su nombre, de poner diversos temas a discusión, los más delicados, los más sensibles y también los más divertidos, tal como lo hace Denise Ocaranza con sus narraciones. En su conjunto, estos cuentos me han regalado el siguiente mensaje: reconocernos totalmente nos ayuda a transformarnos, a poder volar hacia los cielos como el espíritu del fuego.