El niño de mazapán y la mariposa de cristal
Doña Dulcita pasa sus días entre bombones, pasteles, paletas y caramelos, es la encargada de una confitería. Un día, recibe una visita del País de la Ilusión que le concede lo que más ha deseado en la vida... ¿Qué sería? “Tilín, tilín, talán, talán”