Reseña

Este libro puede leerse como en la sala de un cine, sintiendo la compañía de muchos otros seres, unidos por la sensibilidad de una época, la del protagonista, y en relación con un elenco que nos habla de él, a veces risueña y otras muy seriamente; mientras se completa un ciclo de indagación y revelaciones.
Las entrevistas que aquí se reúnen fueron grabadas para llegar a la pantalla, y pueden ser leídas siguiendo una idea de Sarduy: “La biografía de un hombre comienza antes de su nacimiento y va más allá de su muerte”. Los testimonios abren con el de Roberto González Echevarría, quien habla de la mayoría de los temas que se desarrollan en el libro, llegando hasta su visita al cementerio de Thiais, donde reposan los restos del amigo. Luego se accede a una biografía coral, compuesta por las voces de los otros entrevistados, que se agrupan según las ideas de los tres primeros versos de la décima a Dolores Rondón, que encabezaron (en silencio) las narraciones de los cuadros dramáticos del filme ‘Severo secreto’:
“Finalizó su carrera” (1960-1993), donde se conoce la llegada a Europa de Severo Sarduy según uno de sus compañeros de viaje, Manuel Díaz Martínez, seguido de los testimonios de colegas y amigos que relatan su estancia en el exilio, el desarrollo y éxito de su vida y de su creatividad, hasta su prematura muerte en París.
“Ven, mortal, y considera” (1937-1960), donde hay un regreso a la ciudad de origen, para visitar los lugares que Sarduy amó y quedaron en sus textos, conocer anécdotas de formación (con hermosos detalles en el Instituto de Segunda Enseñanza) y de su primer grupo literario; pasando por La Habana, donde entra en contacto con los grandes escritores y artistas de su época, hasta llegar a vivir la violencia política en los últimos momentos del gobierno de Batista y los primeros meses de la Revolución cubana.
“Las grandezas cuales son”, donde se inquiere el legado sarduyano y hallamos valoraciones de su obra, vívidas siempre, y narradas con una implicación muy personal. Estos entrevistados no conocieron a Sarduy personalmente, sino que hablan desde la comprensión y la familiaridad con su obra y sus ideas, reconociéndose beneficiarios de ella.