Excelencia
y buenas prácticas en instituciones educativas
En educación, las buenas prácticas se remiten principalmente a los métodos constructores de conocimiento que utilizan los profesores a partir de su propia formación y experiencia, y que contribuyen al logro de los aprendizajes. Tanto la excelencia como las buenas prácticas se interesan por la innovación, la mejora del profesorado y la gestión de los procesos institucionales; todo ello con el fin de impactar favorablemente al estudiantado, en primer lugar, y a los centros educativos en general. Sin embargo, en México, la discusión sobre la excelencia del profesorado ha encontrado resistencias en algunos sectores del profesorado, quienes la ven como una imposición que busca homogeneizar las condiciones educativas y que no prioriza el análisis de lo que sucede en diferentes contextos y situaciones. Particularmente, en la educación superior, uno de los señalamientos más importantes es que estos temas se han utilizado para supeditar el desempeño a sistemas de pago al mérito o a financiamientos adicionales para los docentes o para las instituciones. Esto, a su vez, ha debilitado las condiciones laborales, al acrecentar el interés por cumplir con ciertos estándares e indicadores de productividad, desgastando el propio trabajo académico. Así, sin negar la complejidad de esta situación, los trabajos que aquí se presentan buscan dilucidar otras dimensiones de la excelencia menos exploradas. Para ello, se consideran las opiniones y el sentir de profesores y estudiantes, quienes al emitir su voz articulan discursos en los que se apropian en forma crítica y productiva de un relevante horizonte conceptual y de política educativa.