Para alcanzar al Traidor
Poetas franceses y alemanes contemporáneos
Borges habló del placer superior que le deparaba escribir un libro en colaboración. ¿Qué decir entonces del placer obtenido mientras escribimos a la sombra de otro o de otra sus mismos breves sueños o sus largos pensamientos? Agreguemos o corrijamos: en otra lengua, con diferentes giros, ritmos y sonidos. Nos hemos instalado pues en el terreno de la traducción literaria. Y a partir de ese momento, ya nada será igual pero al mismo tiempo obtendremos un idéntico producto —espiritualmente hablando. Porque si no fuera así, la imposible tarea de traducir se volvería de piedra, realmente imposible, realmente impenetrable. Y la cultura avanzaría a paso de tortuga… Por fortuna, esa pesadilla no transcurre en la duermevela de nuestra civilización.
Miguel Covarrubias