La virgen, los santos y el orbe agrícola en el valle de Toluca
El volumen reúne diez estudios en los cuales se abordan las distintas facetas del ciclo agrícola del maíz verificado en el valle de Toluca, así como la relación que guardan con el ciclo de fiestas católicas. Elaborados sobre todo a partir del material etnográfico reportado en diversas localidades del valle de Toluca, los estudios que aquí se presentan intentan dar cuenta de la persistencia de la actividad agrícola y de los cambios que experimentaría en el orden ideológico y ritual a raíz de la introducción del catolicismo en el valle de Toluca. Punto notable es la relación que adquieren la virgen María y los santos con la actividad agrícola.
Lejos de dar por hecho que el catolicismo desarticuló y suprimió las expresiones religiosas y agrícolas que caracterizaban a la otrora religión mesoamericana y de suponer que ésta se mantuvo intacta, el volumen destaca la complejidad de la constitución del fenómeno religioso que se gestó en el orbe rural, agrario e indígena a partir del siglo XVI, cuando la religión de signo mesoamericano y el catolicismo se vieron inmersos en un proceso de reelaboración simbólica, alimentado gracias a los paralelismos y los distingos de ambos credos religiosos, por un lado, y conformado a partir de las resistencias y las negociaciones que experimentó la religión en el seno del mundo indígena, por el otro. El resultado que trajo consigo este proceso se advierte hasta el día de hoy: una religiosidad que lejos de ser una copia exacta de la tradición católica y distante de ser una réplica de la religión mesoamericana, es, sin embargo, heredera de una y otra tradición, un fenómeno religioso novedoso y plástico.
Como podrá percatarse el lector, partimos de una premisa sustancial: las fiestas y el culto a los santos hunden sus raíces en una dimensión económica, sustentada en la labor agrícola, matriz que definió a Mesoamérica en el pasado y subsiste en distintos espacios del valle de Toluca bajo diversas manifestaciones.