El oso Orlando
El oso Orlando se fue caminando en busca del mundo, y volvió cantando.
En el camino, arte en mano, nos lo fue contando...
Los días de la semana, los punto cardinales y las estaciones para armar el orden poético de nuestras horas, son algunos de los cantos que aquí nos dejó de regalo.
Asombrado, encontró los colores y uno a uno los reunió en su arco iris poético.
Rápido, descubrió que serían su escudo contra la tristeza, pues sin ellos todo sería gris de ausencia.
Ellos perfumaban la belleza de lo cotidiano, le confirmaban que todos merecemos la alegría y la diversidad.
Los encuentros y desencuentros con nuestros otros, que son la sal de la vida y también piedritas en el zapato, crecieron en estos fascinantes poemi/cuentos, que cantan y cuentan acerca de las andanzas del Gran Oso Orlando.