Amarrando los saberes
Resiliencia en el habitar la casa y el territorio maya
Todo conjunto de seres humanos contiene una serie de características específicas que los definen. Su geografía, su historia, su economía, su política, sus tradiciones o costumbres, configuran su cultura y su identidad.
Es así que en esta obra se plasma la identidad del pueblo maya, a través de años de convivencia, de integración y de acompañamiento en algunos momentos, ya que meditar, hablar, consensar, juntar palabras y pensamientos son acciones necesarias para entender al pueblo maya y a muchos otros pueblos originarios. Es en este proceso donde se estableció un diálogo de saberes con las dos comunidades mayas con las que se convivió por más de tres años, los autores destacan las ideas, las acciones, el espacio y el territorio de estas comunidades en un intento de caracterizar la cosmovisión de estas sociedades.
Sus casas y altares se siembran y amarran en el territorio, pero este proceso no solo funciona como un medio en el ámbito artesanal y constructivo, ya que para estos pueblos la complejidad que implica tejer y amarrar traspasa para llegar a ser un concepto que se integra su forma de interpretar y concebir el mundo. El amarrar se convirtió en un acto para concretar eventos, para asegurar y estabilizar el cuerpo humano, para formalizar lazos sociales en la comunidad, para transformarse en ligaduras y tendones del cuerpo de la casa y convertirla en un sujeto.