Tomando mi chaqueta para dar un paseo
Peter Olds es uno de los poetas vivos más grandes de Nueva
Zelanda. Desde sus primeros poemas, Olds se distinguió en
su generación por una poesía de tono muy personal y casi
confesional que, pese a ello, no ha caído jamás en la
cursilería ni en el lloriqueo. Por eso, aun cuando la tragedia
ha sido en Olds una presencia permanente, no lo ha
obligado sino a responder a ella con ironía e incluso con
sarcasmo, una de las formas más sabias de enfrentar el
horror cotidiano. Pero no se me malinterprete: Olds no es
un poeta áspero o lastimero, por el contrario, en su poesía
encontramos algunas de las virtudes más entrañables de la
belleza: gracia, sencillez y naturalidad. También es la ternura
una de las características esenciales de su poesía, siempre
lúcida y jovial. La poesía de Olds, ese territorio interior
fascinante por inabarcable, no le quedará a deber al lector
que abra estas páginas y se deje llevar por esa música
envolvente que mana de cada uno de sus poemas.
ROGELIO GUEDEA