Reseña

El hombre que cargaba piedras es el testimonio íntimo de un hombre que creció creyendo que ser fuerte era callar, aguantar y seguir caminando aunque los pies sangraran. Este libro es la historia de lo que pesaba, de lo que perdió en el camino y de lo que aprendió cuando la vida finalmente lo obligó a detenerse.

Es una obra escrita desde la entraña: la muerte del abuelo que no alcanzó a despedir, la familia que dejó de caber en la misma mesa, la amistad que se deshizo en silencio, las palabras que nunca se dijeron y las ausencias que siguen ocupando lugar. Cada página es una piedra: una culpa, un recuerdo, una herida. Pero también, una luz.

Con un estilo poético, humano y frágil —como quien habla bajito para no romperse— Oscar Reyes Sarellano transforma la nostalgia en verdad, y la verdad en un acto de libertad. No pretende enseñar nada, pero termina revelando lo esencial: que no todo se supera, pero todo nos enseña; que la vida no avisa cuando se acaba un capítulo; y que, tarde o temprano, todos debemos elegir si seguimos cargando nuestras piedras… o si por fin las dejamos en paz.

Este libro es un abrazo para quien ha perdido, para quien se ha cansado, para quien sigue adelante aunque nadie lo vea.
Una invitación a mirarse sin vergüenza.
Una promesa de que aún después del dolor —cuando la memoria deja de doler y empieza a hablar— algo dentro de nosotros vuelve a levantarse.

Porque este no es un libro de derrotas.
Es la historia de cómo un hombre aprendió a vivir más ligero.