Reseña

Esta obra presenta una mirada amplia y actualizada sobre las adicciones a las drogas como uno de los grandes retos de salud pública y sociales del siglo XXI. Desde un enfoque integral, articula factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales para explicar cómo se inicia y se mantiene el consumo, y cuáles son sus impactos en distintos grupos de población. A partir de evidencia científica reciente, se analizan variables personales —como actitudes hacia el consumo, búsqueda de sensaciones, conductas sexuales de riesgo, autocontrol y estrategias de afrontamiento— junto con factores interpersonales, como el apoyo social, la funcionalidad familiar y el apego parental, así como el peso del entorno y la cultura. Un eje central del libro es la estrecha relación entre consumo de drogas y salud mental, subrayando la importancia de la resiliencia, el fortalecimiento emocional, el mindfulness y la prevención temprana como estrategias clave de intervención.

El texto otorga un lugar protagónico a la enfermería, tanto en su papel de prevención y acompañamiento desde una perspectiva holística y humanizada, como en el análisis del consumo de sustancias dentro del propio personal de salud, reconociendo los riesgos particulares que enfrentan en su práctica cotidiana. Asimismo, aborda temas emergentes como el uso de cigarrillo electrónico, la influencia de los medios digitales y el marketing, y la diversificación de sustancias y formas de consumo, lo que exige una actualización constante y un replanteamiento crítico de las estrategias de atención, especialmente en poblaciones vulnerables. En conjunto, *Desafíos y contribuciones en el estudio de las adicciones* se presenta como un marco de referencia basado en evidencia, que invita a profundizar en el conocimiento de las adicciones a drogas lícitas e ilícitas y a diseñar intervenciones de enfermería efectivas y culturalmente sensibles, orientadas a la construcción de entornos más saludables y al ejercicio responsable, científico y ético del cuidado.