Nuevo cine mexicano
El cine mexicano ha debido luchar constantemente por sobrevivir, aunque no siempre con tino; dentro de la crisis de calidad que ya alarmaba a la industria misma en los años sesenta, se optó por una solución desquiciante: la intervención del Estado en todas las fases del quehacer fílmico. La conmoción que ello produjo en una industria hecha gradual y desordenadamente durante medio siglo, y que operaba según reglas propias no escritas, aún se advierte en estos momentos: han sido años de experimentación, sujeta a las corrientes estéticas que predominan en el mundo. Hace treinta años apareció una generación de cineastas que refrescó el ambiente, pero que también cerró el paso a las posteriores.