Hacia una enseñanza más eficiente: La inteligencia artificial como aliada en la práctica docente
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en la educación ha transformado no sólo las prácticas de enseñanza y aprendizaje, sino también las dimensiones emocionales, éticas y pedagógicas que las sustentan. Los estudios reunidos en este volumen muestran cómo la IA, lejos de ser una simple herramienta tecnológica, se ha convertido en un agente que redefine las relaciones educativas, la formación docente y las formas de construir conocimiento.
En el ámbito del aprendizaje de lenguas, diversas investigaciones destacan los beneficios emocionales del uso de la IA. Aplicaciones como TalkPal AI han demostrado reducir la ansiedad y el miedo at hablar inglés, fortaleciendo la confianza y la motivación del alumnado. Además, la retroalimentación inmediata que ofrecen estas herramientas equilibra fluidez y corrección lingüística, evitando la fosilización de errores y promoviendo una práctica más autónoma. La IA favorece la comprensión auditiva mediante exposición constante, personalización y práctica continua, aunque su eficacia depende del acceso equitativo a dispositivos y conectividad.
En la formación docente, estudios realizados en Escuelas Normales del Estado de México y en la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo revelan tensiones entre generaciones educativas. Mientras los docentes formados en el siglo XX mantienen una mirada prudente o administrativa sobre la IA, los estudiantes normalistas del siglo XXI la integran con mayor naturalidad en su vida académica. Este contraste subraya la necesidad de una alfabetización digital crítica que promueva la autonomía, la reflexión ética y la innovación pedagógica.
A nivel universitario, el uso de la IA sigue siendo incipiente pero prometedor. Los diagnósticos muestran una creciente disposición a innovar, aunque persisten limitaciones derivadas de la falta de formación específica. Las prácticas docentes comienzan a articularse con metodologías activas y aprendizaje situado, mostrando que la IA puede fortalecer experiencias educativas más inclusivas y contextualizadas.
Los desafíos éticos constituyen un eje transversal de estas investigaciones. En instituciones como la Escuela Normal de Texcoco y la Normal No. 2 de Nezahualcóyotl, se advierte el riesgo del uso acrítico de la IA para producir trabajos académicos sin reflexión ni autoría intelectual. La falta de transparencia algorítmica, el impacto ambiental y la dependencia tecnológica plantean la urgencia de una formación ética digital. Del mismo modo, el análisis del uso de la IA en contextos de discapacidad intelectual denuncia la reproducción de lógicas capacitistas y llama a una inteligencia artificial participativa y no excluyente.
En el terreno de la investigación académica, herramientas como Research Rabbit, Elicit o ChatGPT amplían las posibilidades de análisis y escritura, pero también generan tensiones entre eficiencia y dependencia. La clave radica en acompañar su uso con guía docente y pensamiento crítico. Lo mismo ocurre con los correctores inteligentes y la gamificación: la IA puede mejorar la escritura y hacer más dinámico el aprendizaje, siempre que se use como medio formativo, no como sustituto del esfuerzo intelectual.
En conjunto, estos trabajos trazan un mapa de transición educativa donde la IA plantea el desafío de aprender y enseñar con inteligencia en la era digital.