Reseña

Origíname es una obra nacida del juego corporal, la emoción y la imaginación, que propone comprender la infancia desde su propio lenguaje. Reúne más de veinte años de práctica psicomotriz comunitaria con Carapacho Teatro, donde arte, educación y escucha se integran para acompañar el desarrollo integral de niñas y niños. El libro funciona como un territorio de exploración: cada página ofrece una posibilidad de acción —un juego, una historia, una consigna o una actitud— destinada a educadores, familias, artistas y acompañantes comunitarios.
El catálogo de juegos simbólicos está organizado en 200 fichas que describen definición, objetivos y posibilidades de acción en contextos escolares, familiares o comunitarios. Cada propuesta articula lo sensoriomotriz, lo afectivo y lo simbólico, permitiendo al niño transitar de la acción corporal al lenguaje, de la angustia a la seguridad, del miedo a la comprensión. De este modo, el libro revela una metodología donde cuerpo y palabra se unen para sostener la simbolización y el desarrollo emocional.
La obra se fundamenta en los tres objetivos de la metodología de Bernard Aucouturier: favorecer el placer de moverse, impulsar la capacidad de simbolizar y acompañar la maduración emocional para transformar las angustias arcaicas en expresión confiada. Estos principios atraviesan todo el libro y se profundizan en el apartado del Sistema de Actitudes, construido a partir de la experiencia comunitaria en territorios donde el juego es también resistencia cultural y reconstrucción del lazo social. Allí, la posibilidad de que cada niño transforme el espacio y los objetos se convierte en una forma de transformación de sí mismo y del mundo.
El juego simbólico es presentado como un gesto poético de libertad que permite crear, destruir y reinventar el propio universo. Acompañar sus niveles —corporal, plástico, verbal y narrativo— es sembrar la semilla del arte, pues cada acción de juego contiene la misma energía creadora que impulsa la expresión artística.
El apartado de formación personal invita a los acompañantes a explorarse a sí mismos desde cinco dimensiones inseparables —corporal, emocional, cognitiva, relacional y simbólica— para desarrollar una presencia consciente y una escucha sensible que sostengan la libertad expresiva infantil. Paralelamente, el capítulo sobre cuentos de miedo ofrece herramientas para acompañar las angustias arcaicas mediante la narración oral, convirtiendo el temor en relato, el relato en imagen y la imagen en creación simbólica.
El libro también describe los principios para organizar el espacio de juego simbólico según la metodología de Aucouturier: un entorno protegido, afectivo y libre que facilite la expresión, la imaginación y la seguridad emocional. Asimismo, aborda las condiciones materiales necesarias, enfatizando el valor de los objetos simples, abiertos y culturalmente pertinentes, capaces de estimular la exploración y el pensamiento simbólico.
En conjunto, Origíname invita a entender el juego simbólico como un espacio de libertad interior y de encuentro profundo con el otro. Es una propuesta para que los adultos acompañen sin dirigir, observen sin controlar y sostengan con presencia sensible el camino del niño hacia el origen: el origen del movimiento, del pensamiento y del ser.