El fuego son los otros
Dos hermanos rescatan a una mujer desnuda y malherida. Uno es el médico del pueblo y se propone ayudarla con el síndrome de abstinencia que nubla su memoria. El otro desconfía de ella pero cede a los deseos del doctor, o quizás, a sus propios deseos. En su tiempo libre escribirá una novela reconstruyendo el pasado de Mara, el cautiverio que sus heridas y los pocos intercambios que tiene con ella sugieren. Ambos desconocen los horrores que Mara, cuyo verdadero nombre es otro, vivió bajo el yugo de Don Braulio. Tampoco saben que la detective Irene Zanetti la busca y no se detendrá hasta encontrarla y hacerla pagar por lo que ha hecho.
“El fuego hay que provocarlo, alimentarlo e irlo cuidando… Solo por un momento, después, al contrario, hay que cuidarse de él, quitarle fuerza y apagarlo”, advierte un capítulo de esta novela que Arantza Barrientos ha confeccionado con el cuidado y la pasión requeridas en una historia como ésta, donde hay más de una verdad y se encarna una fuerte crítica a nuestra realidad, al tiempo que explora las posibilidades y límites de la ficción.