Reseña

Hablar de una tragedia que tuvo un gran impacto en México, en especial en la sociedad tapatía, no es una tarea sencilla debido a la aflicción que causó en su momento. Pese a los años transcurridos, el suceso en el volcán Iztaccíhuatl del que trata el libro escrito por Fernando M. González nos invita a reflexionar sobre acontecimientos de esta índole que se presentan como inevitables y que, con frecuencia, hacen surgir la pregunta de si lo ocurrido era prevenible o si las consecuencias pudieron ser menores de haberse tomado otras decisiones. Cuando las sociedades, las familias o las personas vivimos una tragedia, tendemos a pensar que estas suceden porque así “estaba destinado”, lo que impide analizar los hechos con objetividad. Por este motivo, considero que nunca es tarde para estudiar acontecimientos como el que aquí se presenta y que han marcado un antes y un después a la luz de los testimonios de los actores, espectadores o familiares que perdieron a un ser querido en esa aciaga excursión de febrero de 1968.