Fuego del ocaso
El alma de la guerra
Una virgen consagrada a los dioses fue tomada por la fuerza. ¿Qué hay detrás de ese sacrilegio? La ambición de poseer lo sagrado. El señor de la guerra ostenta su transgresión como símbolo de dominio sobre los límites humanos.
Tras ser ultrajada, Evialet se convierte en chivo expiatorio de los males del mundo. Es marginada por la gente: cubre su rostro con velos negros y se recluye en las sombras. Huyendo de la soledad, cobija a una niña abandonada que no habla lengua conocida; oráculo viviente, algunos juran que conversa con los espíritus. Su presencia enciende la obsesión del cruel general, que extiende su poder, pero ella se le escapa como un fantasma.
Para la niña, la vida es una lucha feroz en la profundidad del bosque, pero su origen guarda un enigma capaz de cambiar el rumbo de la guerra.
Murallas que tiemblan bajo asedio, religiones ondeando estandartes de muerte y masacres que anuncian el nacimiento de un imperio.
Inspirada en el mundo antiguo, Fuego del Ocaso envuelve en una atmósfera mística y expone con realismo los vacíos de la crueldad humana.