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Bertolt Brecht, dramaturgo alemán que enfrento al nazismo, nos invitó a conocer uno de los aspectos más dignos del teatro, esto es, divertir. Lo que significa que debe fascinar y aproximarnos a otros mundos y permitimos pensar que formamos parte de esos universos. En efecto, a confrontamos con nosotros mismos, porque también somos responsables de la destrucción cometida por otras personas. Pero con distancia, porque el teatro tiene una obligación social.
De esta manera, las tres obras presentan una ventana abierta para asomarnos a los instintos que seducen y que son las más aterradores.
Mírame con atención nos traslada a mundos imaginarios, en donde la fundación de ciudades resulta de un conflicto entre hermanos por la disputa del cariño materno. Lecciones para engañar al diablo enfrenta a une serie de vagabundos que intentan sobrevivir cuando sus almas ya fueron vendidas por una sociedad que los desprecia; sin embargo, aún tienen una oportunidad de vencer al ser más temido por la humanidad. El libro presenta una comedia, Tambache de cachivaches, que ofrece un homenaje y un recorrido por el teatro popular mexicano y que presenta diferentes estampas de las costumbres y con un toque de humor.