Reseña

Con estas nuevas contribuciones de Constancia de la fugacidad se cierra un ciclo, que queda naturalmente inconcluso, de investigaciones en torno a los impresos periódicos literarios y culturales de México, que por economía verbal —y metonimia— solían quedar bajo el paraguas del término “periodismo cultural”. Rastrear, reunir, ordenar y estudiar con la diligencia que merecen las revistas o suplementos de una época es una tarea que acaba siendo tan grata como inabarcable. Hojas frágiles, volúmenes perdidos, hemerotecas saqueadas o mancilladas, su carácter incompleto y fugaz dificulta sin duda su lectura longeva. Sin embargo, ese carácter volátil también despierta el interés: en el vendaval del siglo, estos impresos tomaban el pulso del momento, así fuera de las tensiones políticas e ideológicas, la recepción de algunas obras de arte, la impronta de ciertas ideas vibrantes y discusiones estéticas o la importación de corrientes y novedades editoriales del extranjero. El corazón de una conversación que es la cultura misma.
Dada la multiplicación hemerográfica que significó el siglo XX mexicano, al compás de la producción nacional de libros, este trabajo habría requerido varios volúmenes más. No obstante, este tomo complementa el anterior: atiende puntos nodales como la presencia del arte y la fotografía, donde la revista es escaparate y museo móvil; abarca con mayor énfasis la segunda mitad del siglo, cuando Vuelta y nexos son baluartes enfrentados; rehúye en ciertos panoramas el centralismo geográfico nacional, gracias a perfiles editoriales o publicaciones como Tierra Adentro o La Palabra y el Hombre; y considera ciertas identidades, alteridades, márgenes y periferias: desde el exilio español hasta el feminismo de fem o la contracultura de los años 1980.
Si estas contribuciones no son más que una invitación e incitación a proseguir la interminable tarea, también dejan, como marca de fuego, la constancia de que la historia de nuestra literatura y nuestra cultura no sería la misma sin estas páginas que desintegra, tan pronto, el tiempo.