La señora Dalloway
A través de la visión de Clarissa Dalloway —una mujer de la alta sociedad, cuya vida está lejos de ser lo que alguna vez anheló—, y de la de una serie de complicados personajes en torno suyo, Virginia Woolf aborda temas como la soledad, la fragilidad de la condición humana, cómo la cordura linda con la locura, la fugacidad del tiempo y la inevitabilidad de la muerte, cuyo fondo es el Londres de la posguerra, de heridas aún abiertas, que contrastan con la frivolidad de la vida cotidiana. Oponiéndose a los modelos de la tradición narrativa, la autora también de Orlando y de Una habitación propia, sumerge al lector en los estados de conciencia de los personajes, en que la percepción de la realidad presente se asocia con recuerdos y momentos cruciales del pasado, relatados por medio de un estilo poético y original.