Reseña

Hay veranos que duran para siempre.
México, 1989.
Camilo tiene dieciséis años y todo su mundo está a punto de cambiar. Entre días calurosos, árboles de manzana y silencios que crecen como raíces, aparece Leo. Y con él y sus sonrisas interminables lo prohibido, el deseo y la posibilidad de amar por primera vez.
El último verano es un retrato íntimo de la adolescencia, del amor que nace en secreto, del miedo que lo acompaña y del recuerdo que se transforma en algo eterno.
Un viaje de autodescubrimiento, un libro para quienes aún recuerdan ese primer temblor en el pecho. Para quienes saben que hay despedidas que nunca llegan. Y que hay un amor que, aunque termine, se queda para siempre.