Reseña

Vivir es sembrar recuerdos y este libro nos comparte la cosecha de las siembras de Modesto Martín Rodríguez a lo largo de su vida. En breves y cautivadoras páginas se revela el coraje de vivir de un hombre nacido en una finca al pie del batey del otrora ingenio Santa Teresa, en los fértiles valles atravesados por el rio Sagua La Grande, en el centro de Cuba. Desde ese lugar de cimarronajes culturales se expone un testimonio franco del carácter y la voluntad humanas durante la vorágine revolucionaria que tuvo su vértice histórico en 1959. Un relato rico en descripciones policromáticas que destejen los sentidos de la vida, sus raíces transculturales, los caminos andados y las experiencias vividas con sus luces y sombras, ausencias y presencias, esperanzas y tristezas, continuidades y rupturas. Un ejemplo de cómo la memoria realiza su misterioso trabajo para mostrar trabazones sociales donde son importantes la movilidad humana, social y simbólica, los prodigiosos vínculos familiares y religiosos, las pasiones, los dones recíprocamente intercambiados, las bandas sonoras de la cotidianidad, y las luchas por la sobrevivencia. Estas memorias de un sembrador hablan de la enorme generosidad para convivir con alegría de los cubanos y de su perseverancia para restituir el respeto, reivindicar su identidad y restaurar la dignidad de la vida.