Reseña

Este libro se compone de ocho capítulos y su tema general procede de un lema formulado en varias partes de su obra por Friedrich Nietzsche: “¡Sed fieles a los espíritus de la tierra!”. Su significado, en principio, no es oscuro: se trata, en lo fundamental, de resistir al impulso ascético que conduce al cielo de la Metafísica, movimiento de inmensos alcances en todos los órdenes de la existencia. Resistir para acaso revertir. Ahora bien, semejante resistencia en modo alguno se despierta tan sólo obedeciendo algunas consignas de índole materialista; constituye una estrategia compleja que pone en juego múltiples aspectos de la vida –incluido el espíritu o el afán de saber. Después de una Obertura dedicada a Nietzsche, en este libro se parte de la sabiduría y la lógica del Mito para contraponerlas a la confianza depositada, desde la Antigüedad Griega, en los poderes de la razón; se prosigue con la indagación del pensamiento trágico y su asedio a los excesos de la razón, sin desdeñar los compromisos contraídos irremediablemente con la crítica. En el capítulo subsecuente se vuelve a abordar el problema de la razón, procurando poner en relieve su carácter autocontradictorio, para desembocar en una discusión que explora desde distintas plataformas vitales –lo sagrado, lo etéreo, lo aurático– los alcances de esta fidelidad hasta ahora postergada y probablemente nunca tan necesaria como en nuestros tiempos. El libro se cierra con una Coda a propósito del pensamiento de Clément Rosset, epítome de la filosofía trágica.