La vida ideal de una desdichada
(Y por qué se descubrió así, después de 35 años)
Dora es una mujer eternamente ingenua y crédula, que da por cierto lo que se le dice. La obediencia era su mejor virtud, como una buena niña primero y una buena mujer después. Sin embargo, con el tiempo adquiere cierto grado de conciencia y se descubre a sí misma, concluyendo que la felicidad es el resultado de la disciplina, el esfuerzo, la constancia. Lo contrario genera frustración y fracaso.