Reseña

Se trata de un ensayo literario que juega (eróticamente) con el lector, mientras abre el abanico e invita a reflexionar sobre el placer físico que se experimenta al bucear en los libros. ¿Son los editores y correctores ginecólogos textuales? ¿Qué o quiénes se entregan a la prostitución literaria? ¿Existe el onanismo lector? ¿Qué papel tiene el libro como señuelo para iniciar relaciones sexuales? ¿Se podría hablar de fustas librescas? ¿Son recomendables los juegos previos? ¿Erotiza más la tinta que el píxel? ¿Qué función social cumplían los libros para leer con la mano izquierda? ¿Son la receta para mitigar el histerismo? ¿El sexteo multiplica libidos dormidas? Este volumen no da las respuestas, sino que invita a hacerse preguntas en torno a la lectura. Esta acción no innata a los seres humanos se ha convertido en una necesidad para un ejército de letraheridos ávidos de ese ménage à trois protagonizado por el autor, su texto y el lector.