Memoria gustativa
Leer estas crónicas es degustar, no sólo la memoria de lo que en ellas se cuenta, sino oler, salivar y morder el recuerdo como un jugoso manjar. Transitar del presente al pasado en finos trozos de cebolla; de instantáneas postales del mar al crujido del ajo; del hervor de la carne del pez al acervo olfativo y regusto, que en la lengua y en la nariz va dejando “la herencia culinaria familiar”.
Michelle Ruiz Valdez cocina estas crónicas con la destreza de alguien que sabe de los recaudos de la existencia y la literatura; nos deja su experiencia de vieja cocinera y la joven sazón de quien ha leído la vida no sólo con la mirada, sino con todos los sentidos. Pase usted a probarlas, en ellas descubrirá parte de su ancestralidad y sentirá en las papilas y en las venas, lo que fue y lo que es. Tendrá ganas de visitar los sitios cercanos al corazón, deseará retornar a los lugares de la infancia y a la mágica cocina de los que nos antecedieron.