Mexicanos al grito de innovación
Aprender a innovar la verdadera independencia
Pocos mexicanos tienen la conciencia y certeza de su pertenencia a su país y nación. La conciencia cívica y la identidad nacional son temas importantes para cualquier país. En el caso de México, la formación cívica ha sido un aspecto relevante en
la educación, aunque su enfoque y alcance ha variado a lo largo del tiempo.
Nuestra identidad como mexicanos está mal formada e integrada en nuestra sociedad. Esta identidad mexicana aparece cada 15 y 16 de septiembre, en los mundiales de futbol, en los eventos de toreo y boxeo.
Carecemos de una formación cívica en México, por lo que la educación no ha sabido valorar la importancia de dicha formación. La cultura cívica es parte de la formación ciudadana, y se adquiere en el ámbito educativo, pero también se debe practicar en la familia, la escuela, los centros de trabajo y en todo ámbito social. Lo crucial en la educación cívica es la democracia, concebida como una forma de gobierno en la que el poder político se ejerce por los ciudadanos, y no sólo por un grupo específico
en un momento determinado (María de los Ángeles Monterde Valenzuela, María del Carmen Morales Tostado, 2010).
Sin embargo, el abstencionismo electoral en México es un desafío. Muchos ciudadanos no participan activamente en la solución de problemas que afectan a sus comunidades, lo que señala la ausencia de formación cívica en los mexicanos.
En México, la educación cívica forma parte del currículo de la educación básica. Los programas describen principalmente la estructura del Estado mexicano, fortalecen el nacionalismo y refuerzan lo que significa ser “un buen mexicano”. Hay que reconocer que la educación cívica no debe centrarse únicamente en aspectos formales del gobierno, sino también en valores, derechos y responsabilidades ciudadanas.
En resumen, fomentar la conciencia cívica y la identidad nacional es fundamental para construir una sociedad activa, participativa y comprometida. La educación cívica desempeña un papel crucial en este proceso, y es responsabilidad de todos, tanto a nivel individual como colectivo, contribuir al fortalecimiento de la cultura cívica en México.