La historia de la fiera humana
Crónica de un crimen atroz
En 1929, Luis Romero Carrasco, un joven de 21 años conocido por su vida disipada y adicción a la marihuana, planeó robar a su tío, Félix Tito Basurto, un acaudalado pulquero de la Ciudad de México, movido por rencor y ambición. Acompañado por sus cómplices, Luis Mares y Baldomero Tovar, el 17 de abril de 1929 ingresó a la casa de su tío en la calle Matamoros #37, colonia Peralvillo. Lo que comenzó como un robo escaló a un cuádruple asesinato: Luis mató brutalmente a su tío Tito, a su tía Jovita Velasco, a la sirvienta María de la Luz Laguna y a su nieta de 10 años, María de Jesús Miranda, usando un tubo y un cuchillo. Incluso mató al loro de la casa por temor a que lo delatara.
La investigación, liderada por el detective Valente Quintana, utilizó la dactiloscopía para identificar a Romero a través de huellas en las armas. Tras su captura, confesó los crímenes, aunque culpó parcialmente a sus cómplices. El caso generó gran revuelo, con titulares sensacionalistas y una sociedad indignada que lo apodó «La Fiera Humana». En el juicio de agosto de 1929, Romero fue condenado, pero su pena de muerte se conmutó por 20 años en las Islas Marías debido a la abolición de la pena capital. Sus cómplices recibieron la misma condena.