Perseguir y castigar bandidos en Aguascalientes.
Cecilio Macías y los márgenes de la ley, 1870-1910
Cecilio Macías, jefe de la policía de Aguascalientes, es conocido por su vocación de cazar bandidos, comenzando con un incidente en 1875 donde mató a tres presuntos asaltantes.
A pesar de sus impedimentos físicos, Cecilio Macías logró ascender en su carrera policiaca, destacándose en la captura de criminales y la prevención de asaltos. Cecilio Macías se posicionó como una figura clave para la élite política y terratenientes del estado, quienes recurrían a él para combatir el bandidaje.
La seguridad pública en el estado se estructuraba a través de policías municipales, la gendarmería estatal y los jefes políticos, con estos últimos siendo la máxima autoridad en materia de seguridad. Las leyes contra salteadores y plagiarios jugaron un papel crucial, permitiendo incluso la pena de muerte y fomentando la colaboración ciudadana en la persecución de delincuentes. Macías demostró el tipo de policía que era, extralimitándose en el uso de sus facultades, como evidenciado en el "caso Calderón", abusó repetidamente de sus facultades, lo cual evidenciaba su método, un sistema, para intentar encubrir sus arbitrariedades.