En los íntegros
Un ministerio de alabanza sano contribuye a que una iglesia sea sana
En un mundo donde constantemente enfrentamos situaciones que pueden comprometer nuestros valores, es fundamental recordar que la integridad es un llamado a estar enteros, completos para Dios. No se trata solo de lo que hacemos cuando ministramos, sino de quiénes somos en todo momento.
Ser íntegros es estar listos para que Dios nos use en cualquier instante, sin áreas ocultas, sin dobleces. La integridad nos protege, nos mantiene sensibles a la voz del Espíritu y nos prepara para ser instrumentos útiles en las manos de Dios.