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ISBN 978-607-69941-7-7

El espíritu de San Francisco de Sales

Autor:Camus, Monseñor Pedro
Editorial:Comunidad Fuego en el Espíritu
Materia:Filosofía y teoría de la religión
Público objetivo:General
Publicado:2025-06-30
Número de edición:1
Número de páginas:272
Tamaño:13.5x21cm.
Precio:$130
Encuadernación:Tapa blanda o rústica
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

Introducción
Francisco de Sales para que me aconsejara y me librara de
cometer imprudencias. Y el santo me aconsejaba con la mayor
franqueza y a la vez con la más admirable bondad
Monseñor de Sales, que era todo paz y tranquilidad, se divertía
ante mi naturaleza tan exaltada y tan tumultuoso, y con sus
consejos paternales lograba calmarme, apaciguarme y hacer
que obrara más prudentemente.
Como las dos diócesis eran colindantes, nos visitábamos
frecuentemente, y cada uno trataba de corregir al otro en todo
lo que podía, aunque para mí que era el más joven e
imperfecto, me resultaba un verdadero trabajo dificultoso
encontrar algún defectillo del cual corregir al santo obispo de
Sales. En el año de 1609 yo, Juan Pedro Camus, fui nombrado
obispo de la diócesis de Belley, ciudad vecina a la de Annecy,
que era la diócesis de San Francisco de Sales. Invité a nuestro
santo a que fuera él quien me consagrara como obispo, y
muchas veces le recordé después que yo fui el primer obispo
consagrado por él, y por muchos años el único que tuvo ese
gran honor.
Yo contaba apenas 25 años y era el obispo más joven de toda
esa región. Escribía libros por docenas, y gozaba del aprecio de
muchas personas. Poseía una memoria admirable y las ideas me
llovían al cerebro al escribir y al predicar. Pero me faltaba el
criterio práctico para dirigirme en ciertas ocasiones y para saber
en muchos casos concretos cómo debería proceder para que
todo resultara mejor.
Y ésta fue la causa para que me dirigiera frecuentemente al
sabio y extraordinariamente prudente.
Pronto me di cuenta de que me hallaba ante uno de los más
admirables santos que ha tenido la Iglesia Católica, y me
propuse observar todos los detalles de la vida de este gran
amigo, e ir escribiendo todos los consejos y opiniones que le iba
escuchando.
Una imprudencia. Tengo que confesar que en aquellos tiempos
cometí una imprudencia que no se debe hacer, y consistió en
que, con el deseo de conocer hasta el último detalle de la
santidad de este gran Siervo de Dios, hice un agujero en la
puerta de la habitación que le tenía reservada en mi casa de
Belley y por allí dediqué a observar a Monseñor Francisco, y pude
notar con admiración que este gran santo, con su pensamiento
constante de que Dios lo estaba observando a toda hora y en
todas partes, no dejaba ni por un instante de comportarse con
el mayor recogimiento y modestia, como si estuviera viendo al
Invisible Dios. Ni siquiera en la más absoluta soledad cruzaba una
pierna sobre la otra, ni apoyaba la cabeza sobre sus manos.
Parecía un ángel de pureza. Su comportamiento era admirable.
De ahí salió este libro. De todo lo que pude observar en
santísimas ocasiones que tuve el gusto de observar a nuestro
santo, y de todo lo que logré anotar en las muchas
conversaciones que le escuché con la más cuidadosa atención,
salió este libro que he titulado: "EL ESPIRITU DE SAN FRANCISCO
DE SALES. Aquí encontrará el lector "El retrato espiritual de
nuestro Santo" y las maravillosas respuestas que sabía dar a las
consultas más variadas de la vida.
La lectura de estas páginas llevará a muchas almas creyentes
la doctrina de uno de los más exitosos directores de almas que
ha tenido nuestra Santa Iglesia Católica en todos los siglos.
Atte. Juan Pedro Camus, Obispo de Belley.

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