Reseña

Aún recuerdo esas lágrimas de mi madre mientras oraba por mí, y ahora sé que cada una fue una semilla plantada en el corazón de Dios. Éste libro no es sólo mi historia, sino un testimonio de una fe que no se rindió, una fe que sostuvo a una madre cuando todo parecía perdido. Es una invitación para usted, que quizás ora por un hijo, un hermano, o un amigo que se ha alejado. Quiero decirle algo que yo aprendí de la manera más difícil: Dios escucha, y sus promesas nunca fallan.

Cuando pienso en mi madre, veo a una mujer que creyó en lo imposible. Mientras yo estaba cada vez más perdido, ella se arrodillaba en la presencia de Dios, confiando en que Él me traería de vuelta. Sus oraciones fueron un puente que nunca vi, pero que siempre estuvo allí, esperando el momento en que mi vida estuviera lista para cruzar. Éste libro, es mi forma de: Recordarla, honrarla, de agradecerle; y de decirle que sus oraciones, aunque parezcan a veces ser en vano, están obrando en el reino de Dios.