Imágenes en las paredes
Ficciones étnicas en muros de Guanajuato
En México, la pintura mural tiene una amplia aceptación como recurso artístico y como medio para difundir ideas y proyectar aspiraciones. Muchas comunidades rurales y étnicas han recurrido a su uso para expresar reivindicaciones de diversa índole, algunas marcadas por la resistencia frente al Estado neoliberal. Entre las poblaciones otomí y chichimeca de Guanajuato este tipo de expresión permite identificar una paradoja: la pintura pública elaborada por sus artistas está marcada por la intensión de generar orgullo étnico y de educar en la cohesión grupal. Sin embargo, las imágenes resultan afines al multiculturalismo estatal que folkloriza la alteridad e ignora demandas de fondo. El enfoque que permite identificar esta contradicción está basado en la existencia de una cultura de relaciones sociales muy consistente, aunque diferenciada para otomíes y chichimecas. Entre la reflexión y la inconsciencia de lo dado por sentado, las relaciones entabladas por los grupos étnicos con diferente tipo de instituciones constituyen el marco dentro del cual sus sectores ilustrados actualizan una iconografía bien reconocible, pero distante de los procesos que han conducido a sus comunidades a una dura realidad cotidiana.