Reseña

En Cartas a un joven poeta, Rainer María Rilke le dice al
joven soldado Franz Xaver Kappus, quien no está seguro
de seguir por el camino de las armas o dedicarse a la
literatura, que, en vez de tratar de que alguien le conteste
esta inquietud, hurgue en sí mismo y piense: si alguien le
prohibiera escribir, ¿él moriría por la imposibilidad de
hacerlo? Cuando traté yo mismo de contestar a esta pregunta
de Rilke, descubrí que el motivo que me empuja
a la escritura de la poesía es muy fuerte, que extiende
sus raíces hacia lo más profundo de mis huesos y que no
podría soportar la frustración de no intentarlo, y como
la mejor forma de aprender un arte es ejerciéndolo, es
que me adentré en los bosques para hallar las flores y
los cantos, crucé al otro lado y encontré praderas, taigas,
tundras, desiertos, ríos, montañas que alimentan la palabra,
hallé ciudades repletas de ángeles y demonios que
crean el cielo y el infierno y vi que es posible pintar esos
mundos, que se mueven y hablan, con palabras.