La legalidad y las dos Américas
Ensayo histórico respecto de las normas y códigos legales y procesales introducidos en las Américas desde el siglo XV y su divergente resultado institucional hasta el presente
Históricamente el continente americano presenta dos regiones cuyas diferencias políticas, económicas, sociales y educativas son profundas. Estados Unidos y Canadá han registrado una prosperidad como naciones que dista mucho de la correspondiente a la América hispana. Las teorías respecto a tal disimilitud son abundantes pero en cierta medida difusas.
Este libro, por el contrario, ahonda en las causas de dicha disparidad mediante argumentos y conclusiones examinados y reconsiderados de fuentes innumerables y datos documentales precisos, además de testimonios de vida del autor, quien ha tenido residencias prolongadas en los países sometidos a estudio. Por lo anterior, se expone la ausencia generalizada y añeja de la ejecución de las normas y de la legalidad en nuestra América, en contraste con la aplicación de un sistema legal y procesal funcional como el implementado en suelo estadounidense y canadiense.
Estamos ante un trabajo de análisis histórico y sociojurídico profuso y de rigor expositivo que nos desvela de manera puntual, a través de su indagación hemerográfica y fáctica, el fracaso de nuestro régimen jurídico, herencia española, que aún nos aqueja y mantiene en el subdesarrollo.
¿Qué tanto el sistema legal inglés, la tradición parlamentaria, la libertad religiosa, la educación laica y la búsqueda de la prosperidad individual han tenido incidencia en el progreso integral de Estados Unidos y de Canadá; y por otra parte, el aparato inquisitivo colonial trasplantado de España a la América hispana, así como el dominio de la religión en todos los ámbitos sociales, especialmente en la educación y en la tecnología, han ocasionado un desarrollo disfuncional y calamitoso de la otra América?
Los paradigmas de la legalidad, las catástrofes financieras, el despojo de riquezas naturales, el yugo eclesiástico, le educación deficiente, el racismo, el no cumplimiento estricto de la ley, el avance científico precario, golpes de Estado y dictaduras perfectas, entre otras cuestiones adversas, se pueden revertir con una educación social republicana genuina, cuyo pilar sea la ética comunitaria y un aparato jurídico funcional y expedito. Propuesta resolutiva de Claudio G. Tarris que nos compete a todos.