Reseña

La autora decide escribir la historia de las madres buscadoras; de una, que quizá represente a todas. Ada es la elegida, porque fue ella quien decidió confiar en la autora y contarle sobre los sueños que tiene y que indican dónde está su hijo Marcos, desaparecido 5 años antes. Pero Ada no es la única, hay más, muchas más buscadoras, casi todas madres, que sueñan las coordenadas de sus desaparecidos. Ellas han confiado esos sueños a la Fiscalía, pero ahora son sólo archivos en un cuartucho olvidado dentro de las oficinas burocráticas. Por otro lado, están los árboles viéndolo todo. Testigos vivos de la muerte que se acumula en sus raíces a manera de fosas clandestinas. A través de ellos es que Ada intentará tener una comunicación con Marcos, así como la que tenían cuando él era chiquito. Ada espera que sus palabras lleguen a donde sea que se encuentre.