Felicidad y un pequeño día de ira
En la obra Felicidad, Emilio Carballido no trata ni intenta dar una enseñanza o cátedra de inmoralidad, como algunos creen, sino que sencilla y escuetamente presenta el conflicto o conflictos de una familia, de un hogar a los cuales se les lleva, por una de esas circunstancias imprevistas pero reales y humanas, al drama que pesará en ellos para siempre. Todo esto, entre situaciones de buen humor, de fina ironía, en donde lo ridículo y lo cómico se entrelaza finamente con el drama.
Un pequeño día de ira se concibió en términos cinematográficos; por ello las imágenes van de las grandes panorámicas en las escenas de conjunto en la plaza, a las imágenes internas, íntimas y personales de los personajes. De estas imágenes íntimas surge un incidente que se transformará en un “accidente”, donde se abre otra gran panorámica, para cerrarse al final nuevamente en imágenes íntimas, pero ya más concientizadas.
El incidente, la muerte de un niño y el encarcelamiento subsecuente de “el loco del pueblo”, cambia lo íntimo en una panorámica final, la gran panorámica social.