Carta a su Alteza para salvar a los Jumentos
Esta obra de Miguel Ángel Esquivel juega con la retórica epistolar de percha novohispana, donde tal vez un poco al modo de Cabeza de Vaca en sus crónicas, aquí los pasajes se tornan surreales, a un modo David Lynch, donde una fauna citadina, con cuerpo humano y cabezas de peluche, nos adentra en un submundo que parece ser una novela, pero en realidad es un espejo roto en el suelo.
Nandi Xan