La palabra, sus límites y su más allá
Es un hecho que el lenguaje nos atraviesa. En lugar de ser amos del mismo, descubrimos que somos su efecto. Así, Freud se percató del impacto que tiene el habla en el ser humano, por lo que fundó su dispositivo a partir de la cura por la palabra. Si la palabra tiene poderes de curación, desde la clínica psicoanalítica nos preguntamos ¿cómo? En psicoanálisis seguimos verificando que la palabra tiene una incidencia negativa, pero también es a través de sus efectos que el sujeto puede acceder a su deseo. En este libro de Luis Izcovich, se demuestra cómo --desde Freud-- todas las corrientes psicoanalíticas enfatizan que el psicoanálisis encuentra su mayor fuerza motriz en el acto de hablar, en la apuesta por la palabra, especialmente desde una práctica lacaniana. En otras palabras, este libro encuentra su orientación en lo que Lacan designa como una ética que anuncia convertirse en silencio para entonces establecerse como una ética del bien-decir.