Tú eres Pedro
Tú eres Pedro transcurre en el siglo XVIII, en algún aspecto siglo glorioso para España. Si bien ya comenzaba su terrible decadencia a pesar de ser “el imperio en donde jamás se oculta el sol”, la gloria de este país radicaba en cursar lo que hoy hemos llamado El Siglo de Oro de la literatura en este idioma. El siglo del barroco.
Esta novela, cuyos personajes viven en el áureo siglo, está escrita por un artífice de la lengua de aquellos tiempos. Se trata de un concierto del español en el momento sublime de su historia. Los refranes, la metaforería casi natural o sabe dios, los apotegmas, los giros verbales, las descripciones que llegan a ser insólitas en su economía pero tan generosamente solventes en imágenes. La novela podría equipararse a una catedral de las muchas que se construyeron por acá en esos tiempos. Exquisitamente churrigueresca, es decir, con la estirpe española pero más bien adaptada con habilidad y firmemente adoptada a los modos de estas tierras. No es excesivo anotar que Tú eres Pedro se trata de una descomunal hazaña verbal en todo sentido.