Péguese mi lengua
Péguese mi lengua muestra una historia de amor enfáticamente femenina que cuenta los episodios de la fidelidad, de la pérdida, del deseo cumplido o insatisfecho, de la amarga soledad afectiva. Responde a la narración de un destino adverso, al interés literario que ofrece la catástrofe ante lo inevitable, aquel tropo que definió a los héroes mitológicos cuya memoria ejemplar no está en superar los designios de los dioses sino en su conducta ante ellos, en su temple frente a la calamidad. Cuenta la Intervención francesa y el Segundo Imperio mexicano no privilegiando la saga de los vencedores sino a partir de quienes perdieron la lucha: Concepción Lombardo de Miramón y Miguel Miramón, Maximiliano y Carlota, personajes fatales de esos acontecimientos condenados por la memoria política y por el resultado adverso de su tentativa, ante la cual se desvanecen la pureza y la belleza del fracaso como atenuantes para que prevalezca el estigma de la traición.