Mientras volvemos al polvo
Así es, compañero, así es. No te asustes, no te angusties, no te deprimas. No te preguntes con desazón ¿cómo es posible?, ¿cómo es que ayer todo aquello y, hoy, tan sólo este puñado de nada? No te atormentes la cabeza con exceso de reflexiones, ni te compliques demasiado el corazón ni la existencia buscando una luz que sólo hallarás más adelante.
Óyeme bien, escucha a tu viejo amigo cazador y nunca lo olvides: esto es la vida y sólo esto, todo lo que puedes soñar, todo lo que puedas sentir, todo lo que puedas hacer y todo lo que puedas creer... mientras volvemos al polvo.