Diplomacia de supervivencia, información y comunicación estratégica
La defensa de la República Mexicana en los Estados Unidos, 1861-1867
El estudio que aquí se presenta es una historia de la defensa del México republicano en los Estados Unidos a través de las prácticas diplomáticas —convencionales y no convencionales— y las gestiones informativas ejecutadas, impulsadas y protagonizadas por Matías Romero. Se vinculan así la historia diplomática con la de las conexiones transnacionales entre los dos países, en un contexto de emergencia política y militar. En este sentido, el trabajo enfoca tres dimensiones históricas: i) la relación entre diplomacia, medios y propaganda, en un contexto de guerra; ii) las relaciones entre México y los Estados Unidos; y iii) la dimensión internacional de la contienda con el imperio de Maximiliano. Lo que distingue al presente trabajo, y constituye su originalidad, es un acercamiento que busca enlazar y combinar las tres dimensiones, para arrojar luz sobre el nexo entre tramas informativas y diplomacia en la acción del México republicano hacia afuera.
Esta vertiente de estudio, que no ha sido analizada hasta ahora, es fundamental para ampliar el horizonte del conocimiento sobre una etapa crucial de América del Norte y de las relaciones euroamericanas; en particular, para superar la dicotomía que ha condicionado la trayectoria historiográfica, polarizada alrededor de dos visiones épicas nacionales. Una es la de los Estados Unidos como defensores a ultranza del republicanismo y artífices de la definitiva derrota monárquica en los años sesenta, emblematizada por el título del trabajo de Alfred y Kathryn Hanna, Napoleon III and Mexico. American Triumph over Monarchy, de 1971. Ecos de esta interpretación son visibles en estudios más recientes, que enfatizan el enfrentamiento político e ideológico en América del Norte entre una alianza republicana (Estados Unidos y México) y una alianza pro monárquica, que en realidad no existió, entre Francia, la Confederación y el Imperio Mexicano.
La visión mexicana más socorrida, en cambio, es la de lucha solitaria y autosuficiente de un pueblo en defensa de su soberanía, realizada en un aparente vacío diplomático y político, sólo surcado por destellos o muestras simbólicas de solidaridad, como las latinoamericanas. En este caso, el título representativo es el de un trabajo más antiguo, de comienzos de siglo XX, el Egoísmo norteamericano durante la Intervención francesa, de Fernando Iglesias Calderón. Su eco cruza buena parte de la historiografía hasta llegar a la influyente síntesis histórica de la relación bilateral de Vázquez y Meyer, que define como “muy ambigua” la actitud estadounidense hacia la guerra mexicana en defensa de la República.
Este boceto historiográfico, muy estilizado, no toma en cuenta las aportaciones significativas que han renovado y replanteado, de manera provechosa, las preguntas y los términos del debate acerca de los conflictos de la década de 1860 en América del Norte, tanto en escala comparativa como transnacional; y sólo sirve para subrayar la influencia duradera de ciertos argumentos, pese a su reducida validez explicativa. En este marco, el presente libro no es un estudio de las actitudes de la prensa estadounidense con respecto al conflicto mexicano, al estilo de los trabajos sobre la recepción de la guerra civil estadounidense en Europa, aunque el escenario informativo es igualmente central; ni es una historia integral de las relaciones entre México y los Estados Unidos en el periodo en examen, si bien la cuestión de la República Mexicana fue, con creces, la que las estructuró; ni abarca todas las manifestaciones de solidaridad internacional con el México juarista.
Las vertientes principales son tres: i) un estudio de las estrategias de la diplomacia republicana de México en los Estados Unidos y del espacio que en ella ocuparon las acciones informativas; ii) un análisis de las interacciones entre diplomáticos mexicanos y actores estadounidenses en la prensa, la política y los círculos de opinión; y iii) una evaluación del significado, los resultados y el impacto de la batalla informativa.
El trabajo se estructura en dos partes. La primera —compuesta por dos capítulos— estudia el escenario más amplio de la interacción multilateral emanada de los conflictos armados en los Estados Unidos y en México, y coloca la agenda bilateral en ese marco. Se enfoca el entramado de diplomacias múltiples, que se fue conformando, así como el papel de las percepciones cambiantes de los actores involucrados. Al mismo tiempo, se abarca la estructura de las conexiones internacionales de la República Mexicana, y las razones por las cuales su acción exterior se concentró en el país vecino y se realizó a través de Romero.
La segunda parte reconstruye y analiza el conjunto de acciones informativas protagonizadas e impulsadas por la diplomacia mexicana en los Estados Unidos, con el propósito de identificar sus formas y objetivos, y establecer sus nexos con el escenario presentado en la primera parte. En este caso, el enfoque se dirige a los vínculos entre estados de opinión, discurso público y política exterior estadounidense aprovechados por la diplomacia mexicana.